Palabras de Juan Esteban Balderrain

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“Me parece que estamos asistiendo a un momento histórico, que muchos de los que estamos aquí reunidos hemos soñado durante años. Creo que lo que hace que estemos todos aquí reunidos hoy es el Carisma que nos anima a tener un amor preferencial por los “últimos” de nuestro  continente. Po reso me parece muy importante esta oportunidad para revisar nuestra identidad desde el Carisma y desde la Cuestión Social en América Latina.

“Cuestión social” no es una concepto neutro, es un concepto cargado de valor. De la definición que demos este concepto dependerán compromisos que asumimos. Me llevaría mucho tiempo analizar aqui las diferentes definiciones que se han dado a lo largo de la historia sobre la Cuestión Social. Pero de modo muy general me animaría a resumirlas en 2 grandes visiones.  Por un lado aquella que entiende la cuestión social como una consecuencia contingente al desarrollo. Estas son “disfuncionalidades sociales” del capitalismo que es necesario atender y paliar en la medida que sea posible.  Por otro lado, la otra gran visión apunta a cuestiones más de fondo, entiende que el mismo sistema en su propia matriz genera profundas desigualdades. La cuestión social no es contingente sino necesaria al desarrollo capitalista. Según cómo entendemos “Cuestión Social” será cómo actuemos: La primera visión propone “políticas de ambulancia”, recoge heridos y muertos que el desarrollo deja en el camino. La segunda visión busca revisar la racionalidad de los sistemas, la lógica propia del sistema, para transformarlo desde su raíz.

Esto es muy importante porque según como se posicionan nuestras distintas organizaciones frente a la realidad social será el alcance que tengan. Estamos colocando paliativos en el sistema o trabajando para el cambio de su racionalidad?.

En relación a como esta cuestión social se da en America Latinan el contexto me gustaría referirme al Informe de la Comisión Económica para America Latina de la ONU (CEPAL) que se llama: “Cohesión social en América Latina: inclusión y sentido de pertenencia”. Este informe hace una definición muy precisa de Cohesión Social: “la cohesión social se define como la dialéctica entre mecanismos instituidos de inclusión y exclusión sociales y las respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadanía frente al modo en que estos operan.”

En síntesis, La Cohesión Social es todo aquello que las sociedades hacen para integrar a las personas en la sociedad, y las capacidades y percepciones de las personas para que efectivamente sean y se sientan integradas.

La “Cuestion Social” en la región se identifica con el “déficit de Cohesión Social”. Hay una cantidad muy importante de la población que no son efectivamente integradas y se sienten excluidas. El aporte teórico más importante de este informe de la CEPAL es en el reconocimiento de causas objetivas y subjetivas de este déficit de “cohesión social”.

Las causas objetivas del déficit de Cohesión Social en America Latina debemos señalar la pobreza, la miseria y, por encima de todo, la DESIGUALDAD. Si comparamos esta región con otras – África subsahariana o Asia -,  América Latina no sobresale por ser la región más pobre sino por ser la mas desigual. Si bien en las últimas décadas ha habido en la región un importante crecimiento económico y algunos avances en la disminución de la pobreza y la miseria, sin embargo la desigualdad no ha disminuido tan significativamente. ¿Por qué la desigualdad en la región es tan rígida? Esto tiene que ver precisamente con las causas subjetivas de la desigualdad que remiten a “lo cultural”. Las culturas generan “núcleos duros” de desigualdad.

En América Latina hay procesos culturales históricos y presentes que llevan a “naturalizar” las desigualdades. Sometimientos de unos pueblos originarios sobre otros, colonización, industrialización y  urbanización, migraciones. Y en las últimas décadas el posmodernismo y la globalización neoliberal con sus consecuencias de consumismo, hedonismo y relativismo. Todos estos han sido fenómenos complejos que han dejado como saldos importante cierta indiferencia frente a las desigualdades.  La CEPAL afirma: “Más preocupante que la desigualdad es la indiferencia frente a la desigualdad”. Esa indiferencia paraliza la puesta en marcha de los procesos necesarios de cambio.

Por eso creo que las intervenciones sociales inspiradas en el Carisma de la Unidad aportan un valor de fundamental importancia para el contexto latinoamericano: La cultura de la Unidad, de la fraternidad,  de la Comunión.  América Latina no reclama solo que saquemos a la gente de la pobreza y de la miseria, reclama principalmente un nuevo paradigma cultural de base diferente, que hable no sólo de “ayudar” a algunos individuos a integrarse sino de tratarnos todos como hermanos. América Latina en su escandalosa desigualdad pide a gritos el paradigma cultural de Comunión.  Frente al agotamiento de los viejos paradigmas, el Carisma de la Unidad nos ofrece una visión radicalmente revolucionaria. Cambia el eje de nuestro trabajo. No se trata de ayudar a un individuo para que sea integrado en la sociedad del consumo, se trata de formar comunidades de hermanos que se ayudan mutuamente y colaboran en la dignificación de todos.

Creo que sería muy fructífero revisar nuestras prácticas desde esta perspectiva, partiendo, por ejemplo en revisar cuánto los puntos de la espiritualidad emanados de nuestro Carisma son verdaderas propuestas metodológicas de nuestro trabajo de intervención y cambio social. Por ejemplo la Vida de la Palabra como método de intervención social. El Amor reciproco (agápico) y cada uno de los puntos del arte de Amar. Y, fundamentalmente, Jesús Abandonado como clave epistemológica y metodológica de nuestras acciones sociales. Estar situados en las llagas es la base de la verdadera revolución social. Es el punto desde el cual debemos mirar la realidad que queremos cambiar y entender qué y como cambiar.

Luego deberíamos revisar nuestras estrategias específicas de las distintas iniciativas que hemos generado en nuestra historia como Obra. Cuando Chiara llegó a Sao Paolo lo primero que notó fue esta escandalosa desigualdad, y su respuesta fue la Economía de Comunión. Justamente también el informe de la CEPAL señala que la tecla estratégica promotora de cambio social en la región es la generación de “trabajo digno”. El trabajo dignifica a las personas, genera vínculos, sostiene los núcleos familiares, organiza la vida social. La falta de trabajo es la que genera los procesos migratorios, la aglomeración en la periferias urbanos y los problemas asociados de falta de salud, educación; la violencia, la inseguridad El cambio estratégico en la región es: generar trabajo digno en territorios desfavorecidos o para sectores de población desfavorecidos. Cuanto tenemos presente esto en nuestras intervenciones?

Pero también necesitamos de una política nueva. Una política centrada no en la búsqueda de poder, sino en la búsqueda de solución a los problemas sociales que esta desigualdad genera. También el Movimiento Político por la Unidad debe ser revisado y entendido en este contexto y con esta mirada.

Y lo mismo podríamos decir del resto de la iniciativas del morir por nuestra gente, humanidad nueva, la inundaciones. Ver como cada una de ellas representan este avance de la Cultura de la Fraternidad y de la Comunión frente a la desigualdad persistente en América Latina. 

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