Por Aristides Gazzotti, fundador de La Casa de los Niños, Bolivia.
Vengo de la oficina del médico. Me ha mostrado las crudas imágenes de la fibrobroncoscopía (garganta y bronquios) de Claribel, la niña de 3 años que hemos conocido hace unos meses en el hospital pediátrico de Cochabamba. Camino por la calle de regreso casa y el pensamiento – contradictorio- corre a la Navidad que ya se acerca. El tumor en la garganta de esta niña hermosa se está expandiendo. La traqueotomía que le han practicado en el momento de su internación, dentro de pocas semanas ya no será suficiente para garantizar la respiración.
¿Habrá otra Navidad para Claribel?
No encuentro respuesta y no hay seguridad tampoco en los médicos locales; está clara su falta de experiencia en estas situaciones de extrema gravedad.
Hemos tocado de nuevo a las puertas de Hospitales amigos –y más experimentados -en otros Países, Argentina y Brasil, pero por el momento se nos ha negado la ayuda ofrecida en casos anteriores. Recordamos las imágenes de la carita de Claribel, cada vez que nos la bienvenida cuando la visitamos en el hospital. Corre a nuestro encuentro en ese largo pasillo de su pabellón, con los brazos abiertos. No nos puede hablar, por supuesto, pero su sonrisa es como una ventana abierta al cielo de la inocencia y jovial simpatía.
Repasamos las imágenes y no encontramos respuestas. Se acerca la Navidad, los días pasan… y las preguntas son cada vez más apremiantes.
Así como apremiante es el ritmo de vida y de sorpresas que nos envuelve en estas semanas antes de Navidad:
… El miércoles por la mañana, las encargadas de trabajo social del Hospital Pediátrico nos advierten que un bebé de 33 días fue abandonado por sus padres y ya no puede permanecer en el hospital. La realidad es clara: el bebé ocupa en vano una cuna, no hay más espacio para él en el hospital. Nació prematuro, pero ahora ya pesa 1 kilo y 700. Aunque tan pequeño, su salud es buena y puede ser dado de alta. Las enfermeras le han puesto como nombre: Miguel Angel.
Nos llevan a conocerlo. Parece un gatito, tan pequeño es. Firmamos el documento legal y en cuestión de horas el gatito Miguel Angel cruza la puerta de nuestra casa. Los otros niños, aquí, lo rodean felices y sorprendidos. Vienen también las familias de nuestro Centro. Es evidente: Miguel Angel no tendrá que quedarse durante mucho tiempo con nosotros. De hecho, pasan apenas dos días y una de nuestras familias, que asisten a los cursos de preparación para la adopción legal, es elegida para ser familia adoptiva del niño. ¡Qué sorpresa para ellos, ese regalo inesperado en la víspera de la Navidad! Es un encuentro lleno de emoción y alegría. Y así se abren nuevamente las puertas para el pequeño Miguel Ángel esta vez para la despedida en un abrazo afectuoso.
… Ni siquiera pasa un día y otra vez nos llaman del Hospital para recibir a una niña muy enferma que los padres ya no pueden cuidar: ¿qué culpa tiene la niña al estar enferma? Nos dicen que otros Centros en la ciudad, más especializados, no la pueden recibir y nosotros,una vez más, le damos nuestra disponibilidad. Justo después del mediodía le damos la bienvenida a Arelý, así se llama el nuevo bebé cuyo nombre significa en hebreo: pequeña adorada. Tiene una extraña enfermedad, que no conocemos: heridas abierta y ampollas le queman su cuerpito: epidermolisis bullosa distrófica caracterizada por la fragilidad de la piel y la mucosa. Palabras difíciles, pero la evidencia nos ayuda a entenderlas. Incluso la ropita sobre su cuerpo puede lastimarle. Debemos tener muchos cuidados. Al principio, para no cometer errores, le ponemos solamente el pañal.

Llega Arelý
Al principio, la evidencia nos despista con la edad, ya que Arelý ha nacido con dos dientes, eso nos lleva a pensar que tiene por lo menos 7 meses. En cambio cumplirá 4 meses junto mañana. Nos sorprende la fragilidad de este cuerpo. Impresiona el dolor que experimentan una niña tan pequeña e indefensa. Es grande nuestra impotencia. Confiamos en la ayuda de los médicos. Vamos a buscar orientación y consejos sobre su cuidado. Pero son los mismo médicos los que nos repiten que es el cariño el que aliviará las heridas abiertas del cuerpo y del corazón de nuestro bebé. De regreso a casa nos espera una familia de nuestra ciudadela: quiere hacerse cargo de la pequeña Arelý. Y así la niña puede curar su abandono y experimentar el calor de un abrazo sincero.
Otro regalo muy lindo: Arelý vivirá la alegría de su primera Navidad con una familia que la quiere así como es. Un don recíproco, estamos seguros…
… También Saíd acaba de cumplir 3 años de edad. La Sra. Juez de Menores, hace un mes había autorizado la reinserción con su madre, que tiene el hábito de beber, y que estuvo bajo tratamiento en un centro de rehabilitación durante un año. Lamentablemente, pasó sólo un día y medio y la policía encontró al niño encogido por el frío, a las dos de la mañana, en una esquina del mercado de la ciudad. Al lado, la madre empapada en alcohol. El niño es alejado de inmediato de la madre y esta vez es traído a nuestro Centro. La Juez, junto con todo el equipo del Juzgado, está enojadísima: «Le dimos una oportunidad y después de tan sólo dos días nos ha decepcionado. Será difícil que el niño pueda ser confiado nuevamente a la madre. De todas maneras, tendrá que pasar mucho tiempo.»
Entonces nosotros fuimos a buscar a esta madre. La encontramos llorando y abatida en un lugar sucio e increíblemente humilde en el mercado de la ciudad. Natividad, así se llama la mamá: extraña coincidencia de su nombre en este momento. «Me equivoqué, me equivoqué otra vez, me hice arrastrar por mis amigos, pero amo a mi bebé, no tiene sentido mi vida sin él, no tengo a nadie más. De nuevo voy a pasar la Navidad sola.» Escuchamos una historia triste como tantas otras. Pero la Juez sopesa los hechos, no los sentimientos… Nosotros también sopesamos los hechos: Saíd despierta cada noche a las tres. Comienza a llorar abatido y llama a su madre. Todas las noches.
Entonces nosotros, en este mes, fuimos a tocar a la puerta de la Juez de menores. Una vez, dos, tres veces. Pronto es Navidad… pensamos en Natividad, en la fallida oportunidad que le ha ofrecido la Juez. Hay que ser sinceros: la Navidad es una oportunidad fallida también para cada uno de nosotros, para nosotros, hombres y mujeres que cada año dejamos que la Navidad se escurra vacía por encima de nuestra vida y nosotros dentro somos siempre los mismos, empapados de miseria y de límites. ¿Cuántas Navidades han pasado? ¿Cuántas oportunidades desperdiciadas? Entonces, finalmente, la Juez me escucha porque, tal vez, la estrella de Navidad se enciende y hay una solución: de hecho, descubrimos que hay una familia de confianza que puede acomodar y proteger Natividad y Saíd durante al menos un año. Y así el sábado por la mañana, madre e hijo se han abrazado otra vez después de un mes de distancia. Con nuestro coche los acompañamos hacia la casaesta familia de confianza. Una Navidad por adelantado, para Natividad y el pequeño Saíd.
… Es el sábado por la mañana, falta poco para las 12 del mediodía, alcanzamos a ir al hospital y saludar a Claribel. Se nos acerca una mamá muy joven. Otra historia compartida en el umbral del hospital y en la víspera de Navidad. Su pequeño, Gabriel, de sólo 6 meses de edad, nació con parálisis cerebral severa. No puede tragar y come con un botón gástrico, como nuestro Ronald. Es un bebé, con contorsiones continuas en su cuerpo espástico. Tiene enormes dificultades para respirar por la flema y la saliva que no traga. Pobre criatura y pobre madre. No se puede hacer mucho por él y en el hospital ya no se puede quedar. La madre proviene de una ciudad lejana, su novio le ha abandonado y ella no tiene la fuerza para hacer frente a una realidad tan dura y no sabe a quién acudir. Tiene sólo 19 años. Está sola y perdida. Llamo a la casa. Todos estamos de acuerdo: que vengan a vivir con nosotros. Y así, de nuevo en el auto, una madre y un niño, Cinthia y Gabriel. Rápidamente se prepara un cuarto bien ordenado para ellos. Entendemos el trastorno y el temor de Cinthia, pero tratamos de hacerle entender que no está sola y que es madre: es lo único que necesita su pequeño. En nuestra casa, todos los niños tienen historias difíciles, fueron abandonados por sus padres debido a sus enfermedades, pero a todos se les da la bienvenida con amor y ternura. Gabriel tiene parálisis cerebral severa, pero su corazón late y siente con fuerza. De hecho, el pequeño llora mucho por el dolor que experimenta, pero pronto se relaja cuando la mamá lo toma en sus brazos. Nos damos cuenta de las miradas de asombro de Cinthia al ver a niños tan diferentes en nuestra casa. Habla muy poco. Está desubicada. El domingo por la tarde decidimos dar juntos un paseo en la ciudad con todos los niños en la plaza que se alista para la Navidad. Es una bonita y original hilera de sillas de ruedas con nuestros niños. Cinthia nos acompaña con Gabriel en brazo que sigue durmiendo. Una tranquila tarde disfrutada en familia.
… Esta mañana, mientras hacía las compras, aparece un mensaje en mi celular: «Lo siento, pero no he podido soportar esta situación: Perdónenme». Llamo en seguida a la casa. Las educadoras que están en casa suben rápido al cuarto y encuentran el pequeño Gabriel solo en la cuna, que está llorando: su madre lo ha abandonado y se ha ido. No tenemos palabras y no tenemos tiempo para pensar… El pequeño necesita un buen cambio y un buen baño. El pequeño necesita ser acogido.
Pasamos la noche al lado de Gabriel que parece ahogarse por la flema y necesita la ayuda constante de la aspiradora. Tenerlo en brazo, entre la comunicación sufrida de un pensamiento y otro, me hace recuerdo con conmoción que se acerca la Navidad, de hecho, que la Navidad ya está aquí…
El abrazar este su cuerpo envuelto en mantas calientes, pero agotado prematuramente por la enfermedad, su rostro apretado contra el mío, suavemente, me ha revelado con amarga sorpresa que Gabriel no ve: sus pupilas están como apagadas, vacías. Sin embargo, abrazados decimos sí, juntos, a la Navidad, en el silencio de la cocina de los Casa de los Niños y, juntos, aprovechamos la oportunidad y la necesidad de hacernos conducir en nuestra ceguera común por una estrella que brilla sobre nosotros, que brilla para nosotros.
En esta noche iluminada por este abrazo con el dolor inocente de un niño me lleva a pensar que Navidad ya pasó de verdad, aquella vez, hace muchos siglos, pasó una vez para siempre.
Sin embargo, en el infinito del cielo, en el ciclo del universo en el que estamos inmersos, vuelve a surgir para cada uno de nosotros la estrella, refulgente como el rostro traslucido de Gabriel que en esta noche de silencio ha iluminado mi vida y mis pensamientos. Regalo de Navidad adelantada, percatarse de ello, ceñidos en este cálido abrazo.
… en el Hospital Pediátrico de Cochabamba siguen todavía Nicol, Valentina y Noel y otros…. sin embargo estamos seguros que antes de Navidad una familia abrirá sus puertas para estos niños…
Han pasado algunos días y la Navidad se acerca y abraza a nuestro niños:
Claribel está ahora en le hospital Garrahan de Buenos Aires gracias María ha llegado justo a tiempo para recibir tratamiento!!!
Valentina ha salido del Hospital, ha estado con nosotros un par de días y ahora está con SU FAMILIA, lo mismo que Nicol.
Gabriel es atendido en otro Hospital de Cochabamba y seguido con mucho cariño por una de nuestras mamás. Y está mejor, pese a su estado crítico.
Los médicos se han sorprendido de las mejoras en la salud de Arelý…
Mientras tanto, hemos festejado la Navidad por adelantado en la calle y en la cárcel de mujeres de Cochabamba…
GRACIAS!