Reunión en Lima acerca de ideas y posibles alcances del proyecto.
La reunión con los dirigentes del Movimiento de los Focolares del país andino es parte de un viaje de 5 días de Massimiliano Curti, director ejecutivo de Sumá Fraternidad, que permitirá profundizar el diálogo con distintas organizaciones sociales peruanas. El principal objetivo del viaje consiste en comprender junto con ellas cómo poder acompañarlas de manera adecuada durante los próximos 3 años, incrementando tanto su solidez financiera como su real capacidad de romper el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión. Por otro lado, se buscaría en el marco de este proyecto la posibilidad de compartir herramientas de trabajo que permitan mejorar la imagen institucional, establecer alianzas estratégicas con otras instituciones, formular proyectos de manera más profesional.
Este último punto fue el que suscitó mayor entusiasmo entre los presentes. Buena parte de ellos se encuentra comprometida o tiene el deseo concreto de comprometerse en alguna tarea solidaria o de acción social, y en estos años han experimentado personalmente la dificultad de conseguir financiación mediante la presentación de proyectos. Por lo tanto, fue grande el interés manifestado hacia las capacitaciones gratuitas que Sumá Fraternidad podrá brindar gracias a los fondos otorgados por la cooperación luxemburguesa.
La reunión fue útil también para profundizar los temas colaterales a la presentación de un proyecto a un potencial financiador, definiendo los pasos necesarios que sí o sí tienen que fortalecer la formulación como tal. De esta manera, se habló de la necesidad de pensar, entre otras cosas, en la sustentabilidad de una acción o en la proporcionalidad entre la inversión solicitada y el impacto esperado. También se hizo énfasis en la dimensión fraterna de las acciones de cooperación, que rechaza el asistencialismo y el paternalismo, con el propósito más bien de promover el protagonismo y la reciprocidad entre todos los involucrados en un proyecto, empezando por las personas más vulnerables, es decir los mal llamados destinatarios de un proyecto. Fue así que una de las presentes recordó las palabras quechua que aparecen en el título de esta nota: minka/ayni. Su significado se refiere a un sistema de trabajo de reciprocidad entre miembros de una misma comunidad, una práctica ancestral aún vigente en algunas comunidades de la región andina, que permite mejorar considerablemente y de manera gratuita las labores de pastoreo y de construcción de viviendas, por ejemplo.
La reunión finalizó con la certeza de que, también en los países andinos, se podrá generar un diálogo fructífero que permita compartir técnicas y herramientas de trabajo a fin de pensar e implementar acciones de inclusión social a la luz de la fraternidad.